martes, 29 de mayo de 2007

La producción de aceite de oliva generará ingresos por U$S 8 millones

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Uruguay produce un aceite de oliva de excelente calidad según los expertos internacionales, con un número creciente de productores y hectáreas. Para 2008 se obtendrán los primeros volúmenes de importancia. El desarrollo de la olivicultura permitirá radicar familias en el campo y en pocos años generar divisas en el entorno de los U$S 8 millones.
El 70% de los olivos plantadas en suelos uruguayos corresponde a la variedad arbequina destinada a la producción de aceite.
En Uruguay la superficie cultivada de olivos alcanza las 3.500 hás. Si bien es pequeña en relación a otros cultivos, está en pleno proceso de expansión a un ritmo de 500 hás. mínimas por año, según estimaciones de la Asociación Olivícola Uruguaya (Asolur). Los datos fueron aportados en un informe realizado por la Secretaría de prensa de la Presidencia de la República.
De esa área total las variedades destinadas a elaborar aceite superan con amplitud a las aceitunas de mesa y a las que cumplen ambos propósitos. El 70% de las olivas plantadas en suelos uruguayos, corresponde a la variedad arbequina (aceite), procedente originariamente de España. De ese país, también provienen la picual (aceite) y manzanilla (aceituna de mesa). De Italia, se introdujeron la leccino (aceite y aceituna de mesa) y frantoio (aceite), mientras que, proveniente de Israel, se utiliza la variedad barnea (aceite y aceituna de mesa). La coratina (aceite) también es otra de las variedades que se emplean en Uruguay.
Uruguay aparece, junto a Perú, México y el estado de California, en Estados Unidos, como un país productor emergente. Este último, junto a la Comunidad Europea y Brasil, asoman como atractivos mercados para los productores uruguayos. En el caso de los países europeos, el presidente de Asolur, Alejandro Ramos, sostuvo que no sólo importan aceite de oliva en contra estación, sino que a más largo plazo, los subsidios agrícolas imperantes en el viejo continente estarán en retroceso, lo que aporta perspectivas favorables a los países productores como Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. En un futuro cercano se prevé que nuestro país inicie contactos con el organismo internacional rector en la materia como lo es el Consejo Olivícola Internacional (COI). Dentro de algunos años, se estima que nuestro país competirá a nivel internacional con un aceite de oliva extra virgen diferenciado, de excelente calidad y con ventajas comparativas en relación a otras naciones productoras como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda quienes tienen costos de producción más elevados, vaticinaron los directivos de Asolur.

Apoyo nacional e internacional
En abril de 2003, el INIA, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) hizo posible el arribo de dos consultores españoles. Como producto de esta visita, se logró que una muestra de aceite del mencionado establecimiento fuera sometida a un panel de cata español quien calificó como excelente su aceite de oliva extra virgen.
Según el Standard establecido por el COI para este producto oleaginoso, el mismo tiene que ser un jugo de aceituna de primera presión, que no se extraiga utilizando ningún tipo de procedimiento de calor, ni aditivos. Debe utilizar indicadores mínimos y máximos permitidos, de ácido linolénico, y un nivel de acidez que sea inferior al 0,8%. Este año el aceite elaborado en primera cosecha por el emprendimiento Agroland SA, en Maldonado, se verificó una acidez de 0,18, lo que constituye un indicador tan bueno como promisorio, señalaron las autoridades de Asolur.
Uruguay presenta condiciones particularmente favorables para el cultivo del olivo. Se encuentra dentro de los paralelos 33º y 42º, que se acepta a nivel internacional como la zona apta para su desarrollo. La disponibilidad de agua, con 1.200 Mm. promedio anual, es otro aspecto positivo para su crecimiento y productividad.
El olivo además, se adapta a las mismas tierras y condiciones climáticas que la vid. Requiere de una preparación mínima del suelo, autorización adecuada, control de malezas, podas periódicas de formación y luego de mantenimiento.
La hormiga constituye su principal plaga, de la cual requiere un control constante durante los años iniciales del árbol. Las plantaciones de olivos concentran entre 300 y 350 árboles por hás

lunes, 28 de mayo de 2007

OLIVA URUGUAYA EN PLENO DESARROLLO Y EXPANSIÓN PRODUCTIVA

Presidencia - Republica Oriental del Uruguay
Uruguay produce un aceite de oliva de excelente calidad según los expertos internacionales, con un número creciente de productores y hectáreas. Para 2008 obtendrán los primeros volúmenes de importancia. El desarrollo de la Olivicultura permitirá radicar familias en el campo y en pocos años generar divisas en el entorno de los U$S 8 millones.
En Uruguay la superficie cultivada de olivos alcanza las 3.500 hás. Si bien es pequeña en relación a otros cultivos, está en pleno proceso de expansión a un ritmo de 500 hás. mínimas por año, según estimaciones de la Asociación Olivícola Uruguaya (ASOLUR).
De esa área total las variedades destinadas a elaborar aceite superan con amplitud a las aceitunas de mesa y a las que cumplen ambos propósitos. El 70% de las olivas plantadas en suelos uruguayos, corresponde a la variedad Arbequina (aceite), procedente originariamente de España. De ese país, también provienen la Picual (aceite) y Manzanilla (aceituna de mesa). De Italia, se introdujeron la Leccino (aceite y aceituna de mesa) y Frantoio (aceite), mientras que, proveniente de Israel, se utiliza la variedad Barnea (aceite y aceituna de mesa). La Coratina (aceite) también es otra de las variedades que se emplean en Uruguay.
Las primeras plantas llegaron a nuestro país en 1780 y hay registros que en 1810 se trajeron de Buenos Aires, con la intención de propagar ese cultivo en estas tierras, algo más de 250 estacas con plantas que brotaron en septiembre de ese año en las costas del Arroyo Miguelete. Así lo asegura el presbítero Juan Manuel Pérez Castellano en su libro "Observaciones sobre Agricultura".
Las primeras plantaciones de relevancia, en el siglo XX, datan de los años 40 y 60 y se concentraron en los departamentos de Río Negro y Paysandú donde aún en 2003, ambas constituían el 85% de la Olivicultura nacional. Hoy, nuevas plantaciones se distribuyen en los departamentos de Colonia, Canelones, Lavalleja, Maldonado, Rocha, Treinta y Tres, Durazno y Rivera.
En Uruguay se consume aproximadamente 0.2 litros de aceite de oliva por persona y por año, lo que representa sólo el 2% del total de aceites consumidos en el medio. Este promedio es ínfimo en comparación a los registros de los países con mayor consumo y asociados al sistema de dieta mediterráneo que superan los 17 litros por habitante y por año, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Este organismo considera que existe un fuerte potencial de desarrollo y que el consumo interno crecerá, poco a poco, en la medida que se acentúe la recuperación económica.
El reconocimiento a las propiedades gastronómicas del aceite de oliva y su contribución al mantenimiento de una dieta más saludable, son otros factores que permiten advertir un creciente consumo, de acuerdo a la tendencia mundial. Los principales países productores son: España, Italia, Grecia, Túnez, Siria, Marruecos, Argelia y Portugal y se estima que en el Mediterráneo se produce el 98% del total del aceite de oliva. En nuestra región el principal productor es Argentina, con 150.000 has. Plantadas, seguido de Chile con 11.000 has., según datos aportados por ASOLUR. Uruguay aparece, junto a Perú, México y el estado de California, en Estados Unidos, como un país productor emergente. Este último, junto a la Comunidad Europea y Brasil, asoman como atractivos mercados para los productores uruguayos. En el caso de los países europeos, el presidente de ASOLUR, Alejandro Ramos, sostuvo que no sólo importan aceite de oliva en contra estación, sino que a más largo plazo, los subsidios agrícolas imperantes en el viejo continente estarán en retroceso, lo que aporta perspectivas favorables a los países productores como Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. En un futuro cercano se prevé que nuestro país inicie contactos con el organismo internacional rector en la materia como lo es el Consejo Olivícola Internacional (COI). Dentro de algunos años, se estima que nuestro país competirá a nivel internacional con un aceite de oliva extra virgen diferenciado, de excelente calidad y con ventajas comparativas en relación a otras naciones productoras como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda quienes tienen costos de producción más elevados, vaticinaron los directivos de ASOLUR.
A pesar del desarrollo embrionario de la actividad a nivel nacional, ya existen antecedentes de exportación de pequeños volúmenes a la Unión Europea y Estados Unidos realizada por la empresa Los Ranchos SRL., entre los años 2002 y 2005. Radicada en Río Negro, también comercializa su aceite de oliva en el ámbito local desde 1999. En abril de 2003, el INIA, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) hizo posible el arribo de dos consultores españoles. Como producto de esta visita, se logró que una muestra de aceite del mencionado establecimiento fuera sometida a un panel de cata español quien calificó como excelente su aceite de oliva extra virgen. Según el Standard establecido por el COI para este producto oleaginoso, el mismo tiene que ser un jugo de aceituna de primera presión, que no se extraiga utilizando ningún tipo de procedimiento de calor, ni aditivos. Debe utilizar indicadores mínimos y máximos permitidos, de ácido linolénico, y un nivel de acidez que sea inferior al 0.8%. Este año el aceite elaborado en primera cosecha por el emprendimiento AGROLAND S.A., en Maldonado, se verificó una acidez de 0.18, lo que constituye un indicador tan bueno como promisorio, señalaron las autoridades de ASOLUR.
Uruguay presenta condiciones particularmente favorables para el cultivo del olivo. Se encuentra dentro de los paralelos 33º y 42º, que se acepta a nivel internacional como la zona apta para su desarrollo. La disponibilidad de agua, con 1.200 Mm. promedio anual, es otro aspecto positivo para su crecimiento y productividad. El olivo además, se adapta a las mismas tierras y condiciones climáticas que la vid. Requiere una preparación mínima del suelo, autorización adecuada, control de malezas, podas periódicas de formación y luego de mantenimiento. La hormiga constituye su principal plaga, de la cual requiere un control constante durante los años iniciales del árbol. Las plantaciones de olivos concentran entre 300 y 350 árboles por hás., en cosecha de tipo manual, según el directivo Daniel Davidovics. Para esto se ubican en intervalos de 7 metros entre filas y 5 metros de separación en cada alineación. La primera cosecha se produce a los tres o cuatro años y no es comercial. En los años posteriores crece el volumen de producción hasta el noveno o décimo año y luego se estabiliza. Una persona cada diez hás es suficiente para realizar el mantenimiento de los predios mientras que en época de cosecha se necesitan cien trabajadores cada cien hás durante los 75 días que dura la recolección, en otoño. El campo se puede pastorear a partir del cuarto año, cuando los árboles presentan cierto porte y esto aumenta la rentabilidad del predio. El vicepresidente de ASOLUR, Diego Mattos, afirma que se trata de un árbol rústico, resistente al agua en exceso, al granizo y las heladas y presenta un fuerte rebrote. Un árbol adulto produce entre 35 a 40 Kg. de frutos a partir del décimo año y aún a los 100 años éste aún seguirá dando frutos.
Está comprobado científicamente que el apreciado jugo de esta drupa milenaria presenta múltiples ventajas para la salud; tiene varias cualidades desde el punto de vista nutricional y como preventivo de enfermedades. En especial la arterioesclorosis y los problemas cardiovasculares. Pero también mejora el funcionamiento del aparato digestivo y posee un efecto protector y tonificante para la piel.
En diciembre de 2004 se constituyó la ASOLUR, para acompañar el creciente impulso que había adquirido el cultivo del olivo en nuestro país. Agrupa a 40 productores, viveristas y almazaras (molinos de aceite) que promueven el desarrollo sostenido y sustentable del sector. La mayoría de los productores asociados son inversores locales y argentinos, algunos de los cuales provienen de otros rubros no agroalimentarios. Los hay quienes cuentan con un capital de riesgo importante que deciden invertir en un producto que muestra un incremento sostenido del consumo mundial, del orden del 4%. En el ámbito de la institución, se favorece el intercambio de experiencias entre sus asociados y los técnicos. Sus directivos apuntan que han decidido crecer lentamente, con bases sólidas y sin haber recibido apoyo crediticio. ASOLUR no participa directamente en operaciones de carácter comercial.
Todos los plantadores y productores asociados coinciden en la búsqueda de la mejor calidad de las plantas, con trazabilidad, apoyo técnico para la plantación y mantenimiento de los montes.
La exportación es el destino básico del sector y en algunos años proyecta que el área cultivada puede tener una capacidad exportadora del orden de los U$S 8 millones. Las reducidas dimensiones del mercado local hacen que éste no sea el objetivo inicial de la ASOLUR. Con los primeros volúmenes de aceite en 2008, será necesaria una tarea de divulgación y capacitación de los potenciales consumidores y productores a través de catas, charlas y cursillos. En su corta existencia la asociación mantuvo contactos con jerarcas de distintas intendencias municipales que vieron en la Olivicultura una alternativa productiva interesante para sus departamentos.
El INIA, desarrolló diferentes líneas de trabajo en Olivicultura en lo que hace al seguimiento de experiencias productivas, a fin de obtener registros de la evolución de las nuevas plantaciones a través de los años. Releva las principales plagas y enfermedades procurando generar tecnología para su control y manejo. En dos de sus estaciones, de Las Brujas y Salto Grande, comenzó en diciembre de 2002 y noviembre de 2003, respectivamente, con las actividades experimentales, con el propósito de conocer el comportamiento de plantas de diferentes variedades que disponían los viveristas. También implementó diferentes proyectos de investigación con instituciones de otros países.
Los representantes de ASOLUR sostienen que la Olivicultura en predios agropecuarios tiende a fijar familias en el medio rural. En este punto, el investigador del INIA Las Brujas, José Villamil, entiende que no sólo será imprescindible capacitar mano de obra sino también generar estrategias para reestablecer pobladores en áreas rurales. Villamil, sugirió que los sectores público y privado establezcan un ámbito de trabajo conjunto en donde se logre uniformizar la tipificación para los aceites de oliva que se producen y producirán en el país. Desde ASOLUR se considera que es necesario avanzar en el control de la calidad de los aceites de oliva provenientes del exterior que se comercializan en las góndolas para así defender los derechos del consumidor. En los próximos años, cuando el aceite de oliva uruguayo sea reconocido en el exterior, los productores nacionales sentirán que habrán realizado una contribución relevante al sector agropecuario y al país.